Un círculo de auillidos

François Guynot de Boismenu, París.



Retrato de Sooji Yamakawa (el personaje sin manos por ser rodeado de las 10 voces) Foto de Shoji Ueda (1913-2000) Museum of Photography - ©Shoji Ueda Office, Tokio.

Una señal sonora indicó el comienzo y en menos de un segundo se escucharon los explosivos que encadenados se fueron mezclando con la caída del muro. Todo terminó con el sonido de nuestras manos aplaudiendo la cronometrada implosión. Solo una persona no aplaudía o mejor dicho le era imposible hacerlo ya que le faltaban sus dos manos.
Cuando los aplausos y las expresiones de emoción se calmaron, escuché lo que esta persona no dejaba de repetir, parado sobre una alfombra persa:

Voz sin manos: «esto es una demolición y con ella matamos a Viera !!!!! ... y a mucho más»

Yo nunca lo había visto antes, un pasante fue quien me dijo: «es un arquitecto, pero sin arquitectura». Esta persona sin manos me hizo acordar a la alegoría del arquitecto descrita por Philibert de l’Orme en su tratado de arquitectura de 1567.
En ese mismo instante se creó un círculo en torno al arquitecto sin manos que dio lugar a esta animada discusión:

Voz 1: «señor, las ideas no se matan!»

Yo me sume al círculo y agregué que si bien los hombres son los que elaboran las ideas, la historia se encarga de colgarlas y de descolgarlas. Pero que ellas siguen vivas donde las dejamos y/o en algún otro lugar.

Voz sin manos: «colgar y descolgar? no seas primate! además las autoridades emplean idiotismos como esta implosión para impresionar a la turba»

Voz 2: «pero el problema es que las malas ideas también sobreviven, yo pienso que solo las mejores canciones logran pasar las épocas»
y ahí mismo se puso a cantar:
«I get up, and nothing gets me down..... go ahead, jump ... get it and jump!»

A esta altura había ya mucha más gente a nuestro alrededor, y al son del canto todos nos pusimos a saltar y a gritar « jump, jump, jump !»

Voz sin manos: «esta torpeza se convierte en un festejo francamente delirante, ahora la turba salta!»

Voz 3: «pero sólo las grandes epopeyas deportivas dan nombre a las gradas de nuestros estadios, en el Centenario están las tribunas:»
Todos gritamos: «Colombes y Amsterdam!»

Voz 3: «aquí en el cilindro estaban las tribunas llamadas Helsinski y Melbourne en honor a nuestros títulos olímpicos»

Voz sin manos: « Todo eso no es más que pan y circo, no es posible que las autoridades no estuvieran al tanto de la importancia de la obra de Viera. Se olvidaron de él y destruyeron su obra!»

Voz 4: «Yo pienso que el olvido no siempre es destrucción y ésta, no trae ineluctablemente el olvido»

Yo que había consultado en mi i-teléfono la definición, dije que la implosión era el resultado de derrumbarse hacia adentro. «Yo vi las paredes caer hacia adentro, no?»

Voz sin manos: «De donde sacaste esa tontería, de wikipedia!? Esto es simplemente una destrucción, tonto!»

Voz 4: «Un poco de calma señor, en la vida todo lo que se formó se mantiene de una forma u otra y puede, por medio de una regresión, ser sacado a la luz»

Voz 5: «para que tanta regresión si la memoria está ligada a hechos y lugares, basta con mirar la ciudad para encontrar lo que buscamos»

Voz 6: «yo entiendo lo que dice el anciano, para mí los recuerdos son únicos, no pueden estar por ahí tirados»

Voz 7: «le preciso el pensamiento de mi amigo, la ciudad es el locus de la memoria colectiva»

Voz 6: «¡ahora si lo comprendo! pero es cierto que aquí hay un recuerdo único para cada uruguayo que vivió este día histórico, y la emoción es de todos.»

Voz sin manos: «Es increíble cómo romper algo puede ser mencionado como un acto de construcción, y cómo hacer literalmente polvo el resultado del trabajo de lo mejor de la inteligencia uruguaya puede desbordar a alguien de alegría»

Voz 6: «Con la nueva construcción empezaremos a vivir el sueño de todos»

Voz 8: « señora, a mi este lugar me trajo pesadillas, y este problema del olvido se solucionará cuando todos los protagonistas estemos muertos y para eso falta poco»

Voz sin manos: «no me venga con pesimismos señor presidente, el cilindro de Montevideo fue ideado por una de esas mentalidades que a veces da Uruguay y que probablemente es parte de lo que nos hace especiales»

Voz 8: «¡¿nos hace especiales?! ¿No es un poco narcisista y nacionalista lo que usted nos dice?»

Voz sin manos: «insisto en decir que nos hace, quiero sentirme dentro de ese Uruguay juguetón y genial. Me meto de contrabando en el bolso de Leonel Viera, el ingeniero que nunca se recibió, quizá porque le molestaba perder tiempo. Si ya sabía lo que quería ¿para qué andar dando el último examen?»

Voz 1: «eso no es un buen ejemplo para los jóvenes estudiantes, que se reciban, a las patadas pero que se reciban.»

Voz sin manos: «¡boludo! aquí no importa el título de ingeniero, el Cilindro era uno de los edificios más importantes de toda la historia del país. No tanto por su belleza formal, porque haya sido cárcel política o porque se haya jugado un mundial de básquetbol, sino porque representaba lo mejor de la creatividad, la inteligencia y temeridad uruguayas, ¡ése es el título más grande!»

Voz 9: «esto era pura geometría, ella nos enseña las leyes que rigen las líneas, las superficies y los volúmenes en el espacio.»

Voz sin manos: «¿pura geometría? ¡pura banalidad ! usted es un flácido repetidor de lugares comunes, de esa manera nada nuevo saldrá del cerco de sus dientes.»

Voz 10: «el aaaaantiguo oooorden dededebe momorir primero, de momodo que un papapaisaje puede reeeerenacer. Yo hablo de la nenecesisisidad de rrrrruinas .....»

Voz sin manos: «Mira que sos pintoresco tartamudo! escuchen bien muchedumbre confusa y manga de desordenados, con la demolición matamos a Viera y a muchos más!»

En ese momento el círculo de discusión realmente implotó, (hacia dentro esta vez no hay ninguna duda) y la gente al borde de la crisis de nervios terminó a las bofetadas.
Todo implotó, la forma, los personajes y este relato.

Yo que esperaba la llegada de Leonel Viera para aclarar todo este tema, me di cuenta de que él ya no iba a venir. Hace ya tiempo que ha dejado el cilindro, desde aquel incendio de la madrugada del dia 21/10/2010.
Lo se porque lo he visto en varios lugares ... esperando en el aeropuerto de Washington DC, a la sombra por Lisboa, viendo un partido de football en el estadio de Braga, remando solo por el arroyo Maldonado y comiendo con los dedos espárragos verdes enteros con tempura de carbón en la carpa Les Cols. El colega Pablo Twose me ha dicho que él lo vio en Barcelona tomando notas por la Pedrera junto a Gaudí. También sé que lo volveré a ver en otros lugares y quizás algún día tenga yo la suerte de encontrarlo en mi mesa de trabajo, dibujando catenarias, porque en arquitectura las ideas no mueren.


Los personajes son :

Voz sin manos : Carlos Reherman, novelista, dramaturgo y arquitecto.
Voz 1 : Domingo Faustino Sarmiento, presidente Argentino.
Voz 2 : David Lee Roth, cantante del grupo Van Halen.
Voz 3 : Héctor Costa, jugador de basketball.
Voz 4 : Sigmund Freud, médico neurólogo.
Voz 5 : Maurice Halbwachs, sociólogo.
Voz 6 : Aldo Rossi, arquitecto.
Voz 7 : Carolina Cosse, ingeniera presidenta de la empresa Antel.
Voz 8 : Jose «Pepe» Mujica, presidente Uruguayo.
Voz 9 : Pete Zumthor, arquitecto.
Voz 10 : John Brinckerhoff Jackson, escritor, editor, profesor y diseño de paisaje.

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