La inmortal (1)

Sara Escudero, Nantes


*

“El hombre nunca ha podido vivir sin tramas. Ante el desorden aparente del mundo, tuvo que buscar los términos significantes, aquellos que, asociados entre sí, hacían que su acción sobre el medio fuese más eficaz, permitiéndole sobrevivir. Ante la abundancia infinita de objetos y seres, buscó relaciones entre ellos y, ante la infinita movilidad de las cosas, buscó invariables.”

Henri Laborit. La nouvelle grille. Folio essais. 2012 P.21 (traducción propia)(2).

*

“Toda estructura puede ser definida como un sistema de discontinuidades cualitativas que categorizan un espacio siguiendo un sistema de organización relacional y dinámico de valores posicionales”.
Gaëtan Desmarais ; Gilles Ritchot. La géographie structurale. L’Harmattan 2000. P.11 (traducción propia)(3).

Hace 20 años que comenzó a jugar al ajedrez. A su ajedrez.
Nunca le gustó estudiar y siempre le apasionaron los objetos antiguos.
Objetos banales como las bomboneras de cristal de las antiguas villas del bulevar Albert Camus o las insignias sindicales de las naves abandonadas de Renault.
Tenía don de gentes y aprendió rápidamente a estar en el lugar adecuado a la hora indicada. Así empezó su colección. Así nació su armada.
Sabía que para seguir nutriendo su insaciable sed de búsqueda necesitaba poder vivir de su pasión y se convirtió en brocanteur. Ante la obligación de dar un valor económico a sus productos, y basándose en su valor emocional, empezó a categorizar sus adquisiciones.

- Tú serás peón... Tú definitivamente, reina.
Tú serás un valioso alfil...

Antes de que llegase la época de los mercados pasaba noches enteras configurando los futuros escuadrones que podrían aguantar en pie semanas, días o en casos excepcionales horas.

El primer paso era nombrar al rey, la que sería la pieza más valiosa de la remesa. Esta elección condicionaba y daba un papel al resto de trebejos, cuyo objetivo sería proteger al rey hasta el final de la partida.

Se trataba de un juego defensivo. Su oponente terminaría ganando, una regla inquebrantable que se había impuesto para no escuchar los gritos de su corazón ante la perspectiva de dejar marchar un escritorio estilo Chippendale o una PH5 original de su admirado Poul Henningsen. Al fin y al cabo tenía que pagar las facturas si quería seguir llevando esa vida de especialista en arqueología de lo cotidiano. Así se definía, y no se te ocurriera decir la palabra anticuario, ¡que frivolidad!, diría incriminándote con la mirada.

Estudiaba minuciosamente sus posiciones de defensa a través de lo tangible- tamaños, geometrías, colores…- y de lo intangible- anécdotas, creencias populares, hechos históricos… y como factor fundamental, vínculo de ambos dominios, el espacio vacío de la puesta en escena. Las piezas de su oponente existían a través de las ausencias, eran y participaban del vacío. Había aprendido a malear el espacio - comprimiendo o dispersando su batallón para atraer miradas, contrastar colores, ocultar detalles… En definitiva, manipular al oponente para que cogiese el peón envenenado.

Cada vez que alguien se fijaba en una figura (4) - su preferida era la dama pero admiraba la potencia del caballo - y acababa comprando un peón era una gran victoria. Sabía que horas o días después no habría apenas peones y ellas serían esenciales para la protección de su rey.

La otra ocupación fundamental era estudiar los ataques de su oponente.
Esta era una tarea complicada ya que dependía del tipo de barrio, de la edad del oponente, del día del mes o de la moda que dictase en ese momento la revista de decoración más popular de las salas de espera de la ciudad.

En sus épocas de principiante, cuando las cosas no salían como esperaba, se permitía usar una pieza no ortodoxa (5): el precio. Con el paso del tiempo dejó de hacerlo pasándose a un juego más convencional. Sentía que era un atajo que quitaba valor al arte de controlar las relaciones que surgían entre piezas con cada interacción.

Una vez en acción, sus sentidos se afinaban al máximo. Escuchaba el silencio, leía los titubeos, las manos dubitativas, el pulso tembloroso, las miradas firmes, los manoseos despreocupados… Sin saberlo los compradores eran la variable que determinaba las relaciones que surgían en el tablero de jugo. El vacío, impredecible como los 4’33’’ de silencio en los que John Cage hizo audible a un público que no esperaba ser concertista.(6)

Con cada venta, un movimiento de su oponente. La pérdida de una pieza, un nuevo vacío que bascula el sentido del resto de trebejos. Con cada devolución de cambio oscilaba la palanca del reloj y empezaba su nueva maniobra. Las piezas adquieren un valor dinámico que transforma las relaciones existentes creando nuevas conexiones.
Y en ese momento decisivo, con la recolocación de su armada, admira la belleza desvelada por su juego oculto. Los múltiples contextos que dotan de infinitos sentidos a sus piezas son su valioso y efímero tesoro.
Y es por ello que con el jaque mate final, gana. Su arma más valiosa ha tomado el tablero: el vacío. Y ante él, de nuevo, todo es posible.

*

“Sólo en el vacío, afirma, reside lo verdaderamente esencial. Hallareis, pues la realidad de una habitación, no en el techo y en las paredes, sino en el espacio que esas entidades limitan, La utilidad de un botijo reside en el hueco que contiene el agua, no en la forma de la vasija o en la arcilla de que el alfarero la modeló. El vacío es todopoderoso, porque puede contenerlo todo. Únicamente en el vacío es posible el movimiento”
Lao Tsé citado por Kakuzo Okakura, “El libro del Té” (1906). Recogido por Gilles Clément en El jardín en movimiento, GG 2012, p.28.

*

“Entre los barrios fluctuantes se encuentra el territorio vacío de las amnesias urbanas. La unidad de la ciudad solo puede ser el resultado de la conexión de unos recuerdos fragmentarios. La ciudad en forma de paisaje psíquico construido mediante huecos: hay partes enteras que son olvidadas, o deliberadamente eliminadas con el fin de construir en el vacío infinitas ciudades posibles”.
Franceso Careri. Walkscapes. El andar como práctica estética. Gustavo Gili 2013. P. 86.



Referencias:
(1) Referencia a la Partida Inmortal de ajedrez. Una partida informal entre Adolf Anderssen y Lionel Kieseritzky el 21 de junio de 1851 durante el torneo internacional celebrado en Londres. Considerada como ejemplo de la Escuela romántica (1830-1880).
(2) Cita original en francés : «L’homme n’a jamais pu se passer de grilles. Devant le désordre apparent du monde, il lui fallut chercher les termes signifiant, ceux qui, associés entre eux, rendaient son action sur le milieu plus efficace, lui permettaient de survivre. Devant l´abondance infinie des objets et des êtres, il a recherché entre eux des relations, et devant l’infinie mobilité des choses, il a cherché des invariances.»
(3) Cita original en francés: “Toute structure peut être définie comme un système de discontinuités qualitatives qui catégorisent un espace en une organisation relationnelle et dynamique de valeurs positionnelles».
(4) En ajedrez, las piezas que no son peones.
(5) En ajedrez, las piezas no ortodoxas o piezas mágicas son piezas utilizadas en algunas variantes del juego y cuentan con movimientos especiales.
(6) Referencia a 4’33’’, obra musical de John Cage compuesta para cualquier instrumento en 1952 y en la cual se indica al intérprete que debe guardar silencio durante minutos y treinta y tres segundos.

---------------------------------índice-----------------------------