Lo inútil de la arquitectura

François Guynot de Boismenu, París



Gary Thomasson jugó al baseball como profesional desde 1972 hasta 1982, fue un buen outfielder de izquierda. Integró cuatro grandes equipos: los Giants de San Francisco, los A’s de Oakland, los Yankees de New York, los Dodgers de los Angeles. En 1978 ganó la serie mundial con los Yankees.

1981 Thomasson dejó los Estados Unidos para ir a Japón, donde firmó en la época un contrato millonario con los Yomiuri Giants, el club con más títulos de la Nippon Professional Baseball.
Las expectativas eran muy grandes hacia el jugador y aun más grande fue la decepción que él generó. Jugó dos años pero nunca se adaptó al estilo de los lanzadores japoneses, esa fue su excusa.
Llegó a establecer el triste récord de strikeout (eliminaciones) de la liga, luego una lesión en la rodilla terminó con su carrera. (1)

Los aficionados japoneses hicieron un juego de palabras con su apellido, separándolo en "Thomas-son". El sonido de la palabra «son» en japonés significa "desperdicio" o "pena".
Asi el desgraciado Thomasson pasó a ser el famoso jugador de baseball que tenía todas las mejores cualidades pero que al final resultaron ser completamente inútiles.

La primera vez que lei esta historia fue en un artículo de Michaël Ferrier sobre la Escuela de la observación de la calle (Rojokansatsugakkai), conocida con el nombre de Rojo. (2)
Esta escuela fue fundada en Tokio en los años 80, alrededor de dos figuras principales, el escritor Akasegawa Genpei y el historiador de la arquitectura Fujimori Terunobu.

La escuela no tenía una estructura fija, ni sede, ninguna lista de miembros, ningún organismo de difusión, solo tenían un método: deambular, observar, nombrar y fotografiar la ciudad.
Sus capturas preferidas eran las desviaciones, las piezas caducas, los objetos abandonados esparcidos por la ciudad y que no reciben nuestra atención.
Fue Genpei quien designo con la nueva palabra «tomason» los elementos de arquitectura completamente inservibles, donde su forma sigue presente pero la función fue olvidada. Tienen todo lo necesario, pero no sirven mas, son completamente inútiles.

El primero y probablemente el más famoso de estos hallazgos es una escalera en el barrio de Yotsuya de la ciudad de Tokio. Ella está compuesta por una doble fila de siete escalones, un descanso central y una rampa lateral. Múltiples hipótesis son posibles para esta extraña escalera.



Primera hipótesis. La familia Sato después de renovar el edificio, decidió suprimir la entrada secundaria, por problemas con la empresa constructora se terminó por dejar la escalera pegada a la pared del edificio.
Segunda hipótesis. La familia Takahashi en los años 60’ había decidido abrir un kiosco de barrio, la ventana central fue transformada en mostrador. La diferencia de niveles fue la causa de la construcción de la escalera con doble sentido para favorecer el acceso comercial. El kiosco fue abandonado la escalera quedó bajo las ventanas en una absoluta soledad esperando una eventual reapertura del kiosco.
Tercera hipótesis. La familia Watanabe tenía un engawa y una escalera sobre la calle. Una ampliación por causas familiares, para ser más preciso los abuelos paternos fueron a vivir sus últimos años con la familia de su hijo en Tokio, el engawa tuvo que ser cerrado de manera provisoria. Fue así que se decidió conservar la escalera para cuando la galería fuera nuevamente abierta. Los abuelos Watanabe fallecieron pero su hijo no ha tenido la fuerza necesaria para realizar los trabajos. Hoy solo queda una escalera pura, que sube y baja, con toda gratuidad. Una escalera para nada.

Se cambiaron las aberturas, se agregó el muro, o se construyó la escalera posteriormente, estas son las tres hipótesis básicas. Quizás hayan muchas otras más lo cierto es que la función inicial se perdió y solo lo inútil quedo a la vista.

El trabajo de esta escuela era mostrar todo lo que permanecía errático y desordenado, confuso y caótico en la ciudad. Utilizando el arma del humor, la «Rojokansatsugakkaii» resalta la fragilidad, lo disparatado, los espacios sin valor y los lugares abandonados, ofreciendo una reflexión sobre la ciudad en general y la modernización de Tokio en particular.

Desde que mi familia tiene perro (es un beagle llamado Chaman) estoy obligado a deambular por la ciudad. Ya he encontrado cuatro «tomason», una puerta sin uso a un metro y medio de altura, un acceso sin escalera, una escalera sin salida y un pequeño laberinto en ladrillo sin entrada ni salida.
En el camino también hay momentos de reposo, por lo general al borde del Sena, Chaman puede salir a correr libre y yo a veces puedo leer.

Hace un año leí un texto de Livio Vacchini sobre Stonehenge, donde dice que «la arquitectura es una cosa inútil, su única característica es dar apoyo a un techo. Cuando, como en Stonehedge, ésta sola necesidad práctica está ausente, aparece con orgullo todo su valor.» Este texto me enseño la necesidad de lo inútil en arquitectura. (3)

Lo inútil no sólo lo encontramos una vez la utilidad está perdida, a veces puede estar presente desde el origen, con diferentes dosis. Muy seguido la inutilidad es intrascendente, otras muy pocas veces lo inútil llega a ser sublime.

Siguiendo la estructura literaria de Ghérasim Luca (4)
Podemos decir que:
Lo útil vaciado de su utilidad es completamente inútil
Lo útil lleno de utilidad sigue siendo útil
Lo útil lleno de inutilidad es inútil
Lo inútil vaciado de su inutilidad es útil
Lo inútil vaciado de su utilidad sigue siendo inútil
Lo útil vaciado de su inutilidad sigue siendo útil
Lo inútil lleno de inutilidad es inútil
Lo inútil lleno de utilidad es completamente útil

La foto de la Ampliadora está llena de utilidades vacías de sus originales utilidades, ahora solo son inutilidades empiladas que esperan nuevamente ser útiles.

Sigo leyendo a Livio Vacchini y anoto estas sublimes inutilidades, las que ningún programa, ni reglamentación, ni técnica, ni material, ni uso, ni cliente nunca pidió.

•A Stonehedge, cambiar la corteza terrestre, levantar y coronar la construcción es su inutilidad ;
•A Guizèh, aspirar a la eternidad es su inutilidad;
•En el Partenón, construir en la cima de un monte para entrar por un solo punto es su inutilidad ;
•A Teotihuacan, construir el vacio es su inutilidad ;
•En la mezquita de Córdoba, hacer una viga con arcos es su inutilidad ;
•La iglesia de los Jacobinos de Toulouse, abolir las jerarquías para componer un espacio único con dos partes y dos fuentes de luz, esta es su inutilidad.
•En la mezquita Selimiye en Edirné, la materia no existe sólo para construir, sino también para pensar. Esta es su inutilidad ;
•En la iglesia Sant’Ivo, por primera vez la fachada externa es el negativo de la fachada interna, esta es su inutilidad ;
•En Notre-Dame-du-Haut en Ronchamp, la luz se convierte en estructura, esta es su inutilidad ;
•La Neue Nationalgalerie en Berlín, rechaza la complejidad dominándola. Es la técnica que sigue el pensamiento y el lema «less is more» es la primera síntesis de lo inútil en arquitectura.

Lo inútil es la parte más humana que podemos ofrecer a la arquitectura.




Tomason 1, Herblay. 48°59'42.66"N 2° 8'53.36"E



Referencias
(1)https://www.baseball-reference.com/bullpen/Gary_Thomasson
(2)https://www.tokyo-time-table.com/akasegawa
(3)Livio Vacchini. Capolavori, Ed. illustrata. ISBN-10: 8842215333.
(4)Ghérasim Luca. Héros-Limite, Ed. Gallimard. ISBN 2-07-041069-2

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