Kerepesi temetö. Recuerdos bajo losas

Rebecca Mutell, Barcelona

Invierno del 2006. El rastro dejado por uno de mis antepasados más enigmáticos me lleva hasta Hungría. Allí entro en contacto con su capital Budapest y más adelante con su cementerio más representativo: el Kerepesi Temetö, lugar salvaje, de extraña belleza, que evidencia de un modo acusador el apodero de la vida a la muerte.
Paseando por este peculiar jardín se me presentan realidades y ficciones del pasado, archivos genealógicos que clasifican arqueologías familiares, las mismas que delatan futuros posteriores. En este espacio entre yacimiento, arquitectura y escultura, se demuestra que la construcción mortuoria se diferencia de otras construcciones habitables porque lo que la mantiene con vida es la persona que recuerda su procedencia, quedando impune ante el olvido cuando esta desaparece. Sin recuerdo deja de existir la identidad de aquel que yace bajo la tumba. Algo parecido ocurre cuando se ve la imagen de alguien al que ya nadie reconoce, se sabe de su existencia pero no de su procedencia; deja de tener rastro, se pierde, sólo queda su imagen o su tumba, nada que sirva si ya nadie recuerda. Pasa a formar parte de la ruina, aquella que se desvanece en el tiempo.

Las imágenes fantasmagóricas con las que empieza este proyecto transcienden al documento, se inscriben más bien en una cierta búsqueda de la memoria; fotografían el habitáculo de la muerte intentando por un lado, comprender lo oculto pero insistente de estos almacenes de residuos históricos, por el otro, adentrarse en el carácter más espectral de estos objetos. Se trata pues de apresar con estas imágenes aquello que escapa al registro exhaustivo de la cámara. De esta manera la fotografía busca en el imaginario aquellos paisajes desconocidos, temidos e inexplorados en vida, donde la luz nace y muere cada día, su muerte no es otra que la sombra, la misma que esconde recuerdos bajo losas.

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