Más de lo que vemos
Gabriel Fernández Birriel y François Guynot de Boismenu, Montevideo y París.
Introduccción
El hombre mira por la ventana el paisaje urbano, donde podemos distinguir “la ciudad torre” de Kisho Kurokawa. Estamos en Tokyo no hay dudas. Esto es la parte conciente de la imagen. Hay otras partes concientes pero están «escondidas», por pereza no queremos buscarlas. También hay en la imagen muchas posibles suposiciones, esto es la parte inconsciente que cada uno puede aportar, y aportara en este nuevo numero de Engawa. Cada uno frente a esta imagen estará dividido en múltiples fragmentos concientes e inconscientes, dispersos en innumerables caminos y direcciones.
Escribir este texto nos ayudará a juntar estas partes separadas y a concentrar nuestros pensamientos.
• GFB : Me parece escuchar un sonido ambiente, una música funcional de espera... un poco aburrida y mas, el ascensor llegando, gente hablando de fondo, el sonido de impecables zapatos lustrados sobre el piso brillante. Y afuera mas allá de la ventana, la sinfonía de los sonidos de la ciudad.
• FGdeB : Así es. Y el hombre sigue concentrado en los sonidos que ve afuera, esta leyendo la ciudad. Me viene a la mente una frase de Octavio Paz, la podemos cambiar ligeramente y decir que leer la ciudad «es oírla con los ojos; oírla, es verla con los oídos». Para seguir escribiendo sobre sonidos y ciudad deberíamos encontrarnos en situación, con una presencia física, poner nuestros ojos y oídos en un funcionamiento integrador. Y hacernos la misma pregunta que se hizo S.E.Rasmussen : ¿se puede escuchar la arquitectura?.
Es sobre esta doble condición, desde la mirada y desde los sonidos que pretendemos reflexionar y juntar partes aparentemente separadas, reivindicando la construcción de un discurso fragmentario.
Paris
«El ambiente es el alma de las cosas. Cada cosa tiene una expresión propia, y esa expresión le viene de afuera. Cada cosa es la intersección de tres líneas, y esas tres líneas forman esa cosa: una cantidad de materia, el modo como interpretamos y el ambiente en que está.» «Me gustaría ser como los sonidos, vivir a través las cosas sin pertenecerles» Fernando Pessoa. El libro del desasosiego.
Voy por una calle corta, poco ancha y silenciosa.
Esta me lleva directamente a mi objetivo. Un edificio, con sus fachadas mas grandes que él. Un lugar donde lo creado es mas de lo que vemos, es «un territorio de desestabilizamiento» dice su autor Jean Nouvel.
Con mis pies ciegos voy bordeando un silencioso muro. Poco me dice este muro, no tiene números de casas a pesar de su longitud, solo dos aberturas interrumpen su silencio. Tampoco puedo oír el cementerio que esta calle separa en dos partes, ni oír la calle ni sus adoquines.
Si puedo escuchar la linea de plátanos, o mejor dicho puedo oír el dialogo entre sus hojas y el viento. El resto es materia muda. Voy solo por la calle Emile Richard.
Pero es suficiente que encuentre otra persona caminando por ella o el rodar de un vehículo para poder oír la calle, las imperfecciones de su pavimento y oír el eco producido en el muro. Individualizar estos sonidos es posible porque la ciudad esta ahogada. Escucho la ciudad de manera apagada, como un ruido lejano, sus sonidos están silenciados. Sus características acústicas están alteradas, su altura es mas baja, su intensidad debilitada, su timbre pierde matiz y su duración con menos vibraciones.
La ciudad esta difusa.
Esta modificación acústica es la presencia del cementerio, ahora si puedo oír el cementerio. Puedo escuchar su filtro sobre la ciudad, su efecto de corte sonoro.
Entre lo que veo y oigo, esta el cementerio Montparnasse.
Una vez terminados los 382 metros de esta calle, tengo la sensación de volver a entrar en París. De pasar por una puerta audible. Cruzo el bulevar Raspail y todo se acelera, camino por él, hasta llegar al n° 261.
En este lugar se encuentra el edificio de la fundación Cartier, a primera vista la construcción no es facilmente legible, no puedo captar correctamente sus direcciones básicas, es mas alto de lo que parece, mas ancho y mucho mas profundo.
Pero es suficiente encontrar el buen ángulo de iluminación para salir de lo inmaterial y distinguir la estrategia bien precisa que Jean Nouvel utilizó. La estrategia fue tomada de la fotografía, es la profundidad de campo (PDC), de esta manera se trabaja el espacio por delante y por detrás del propio edifico, desbordándolo.
Nuestra visión se proyecta y alcanza a ver todo el terreno a través de los diferentes filtros vidriados que ocupan toda la profundidad de la parcela. El primer filtro esta alineado al frente y los otros dos delimitan el propio edificio.
Esta serie de filtros son bien trasparentes y mas grandes que los bordes específicos de la construcción, creando un lugar desde el cual no se sabe si el edificio se detiene o continúa, fusionando espacios interiores y exteriores. La transparencia enfatiza la sensación de profundidad, hay un delante, un medio y un detrás.
De esta manera el edificio refuta «la estabilidad descriptible de algo visible.» (1)
Este desvío hace que la percepción de lo sensible no pase por la materia pero si por lo inmaterial.
«A partir de este concepto conseguimos crear más de lo que vemos.» (2)
¿Si hay mas que lo que podemos ver, quizás entonces habrá algo para oír?
Desde la vereda miro su fachada todo excede la construcción, yo no se si veo las nubes reflejadas o en transparencia. Luego distingo un árbol a través de los tres filtros vidriados, no sabría decir si veo este árbol en transparencia, por delante ni por detrás de que, o quizás sea solo un reflejo del bulevar. Esto es como un juego de múltiples apariencias. (3)
Una vez pasado el primer filtro la desestabilización visual sigue, solo que no cabe ninguna duda : seguimos en el exterior pero entre paredes.
Como en la experiencia del cementerio, los filtros vidriados ponen una distancia acústica con la ciudad, pudiéndose así escuchar el lugar.
El conjunto produce silencios, los sonidos están reflejados por los filtros y absorvidos por el parque y el bulevar. Pero también puede producir sonidos, en días de viento sus 80 cortinas exteriores producen el mismo continuo sonido de 80 cometas multicolores volando. Esta sensación es como una incursión sonora de mi memoria.
De donde estemos podemos sentir que estamos en un interior acústico y al mismo tiempo en un exterior visual. Si seguimos atravesando filtros aún mas grande será la sensación de espaciamiento acústico y la confusión visual seguirá siendo asumida.
La fundación Cartier va de lo visualmente impalpable al sonido palpable, va y viene entre lo que es y lo que no es. Teje reflejos acústicos y los desteje. Teje absorciones y las desteje. Teje sonidos con silencios.
Cuando los ojos escuchan, los sonidos aparecen y nuestros oídos pueden ver.
Así se llega a crear más de lo que vemos. Una estrategia para una arquitectura de ilusión radical y primitiva; que se trasciende a si misma.
Mexico
En este intercambio la memoria me devuelve un recuerdo, una escena en la que me veo también como espectador, en un cuadro similar al de la fotografía, el de un espacio, una ventana y una persona mirando y escuchando a través de ella.
Es una ventana protagonista de su espacio. Un espacio en doble altura que da al jardín principal y que forma parte de un proyecto íntimo y emocional.
Van surgiendo las primeras impresiones, como la aparente ausencia de sonido, la penumbra y la luz y el “aire y la transparencia del lugar” (4).
El lugar, la Colonia Tacubaya en México DF. La calle Francisco Ramírez No.14. La casa y estudio que Luis Barragán se construyó para si mismo en 1947.
La fotografía elegida fue tomada por Armando Salas Portugal amigo personal y fotógrafo oficial de la obra de Barragán. Conocemos muchas obras de arquitectura a través de fotos, pero pocas quedan grabadas en nuestra memoria pese a la actual saturación de imágenes e información.
¿Pero es esta "ventana" solo una ventana ?
Su ejecución es muy simple, Barragán no utiliza lo que no necesita y así los vidrios llegan al muro, la transparencia es total. Aquí no son los sonidos que callan, es el silencio que calla y así el jardín se mete en la casa y la casa en el jardín.
La escena nos invita al silencio y la contemplación. El movimiento del follaje del jardín y los sonidos de los pasos de los visitantes sobre el piso de tablas de madera, interrumpen la callada música.
«La experiencia auditiva más primordial creada por la arquitectura es la tranquilidad. La arquitectura presenta el drama de la construcción silenciada en materia, espacio y luz. En última instancia, la arquitectura es el arte del silencio petrificado.» (5)
Sus generosas dimensiones, su apariencia de marco de un cuadro que tendrá como fondo un jardín siempre cambiante, la orientación a poniente, los colores y su umbral «hacen desaparecer» el límite entre el interior y el exterior, entregándonos un mensaje de mágica belleza. El gran plano de vidrio se nos presenta como filtro para los sonidos y a la vez como amplificador espacial.
Esta acumulación de conceptos sobre la ventana trasciende la estricta definición de la palabra que encontramos en el diccionario.
El silencio en el interior y los sonidos del mundo exterior, el aislamiento y la exposición, son las dos caras de este universo doméstico. El sonido vibra, como lo hace la luz sobre las superficies interiores con su variedad de texturas y colores.
"A plena luz, incluso los sonidos brillan”.(6)
La vibración de la luz y la reverberación del sonido son dos aspectos de este rico universo que proyecta el autor. La atmósfera interior tiene una materialización acorde a su universo personal. Los elementos de la composición son estratégicamente ubicados, bien orquestados, en el que se condensan citas, alusiones y se desvelan presencias ocultas en un claro paralelismo a la condición no aparente de los sonidos.
"Mi casa es mi refugio, una pieza emocional ..... se que hay muchas soluciones técnicas para un problema, pero la mas valida de ellas es la que ofrece al usuario un mensaje de belleza y emoción, esto es arquitectura" Luis Barragan.
Referencias:
(1) Georges Didi-Huberman, L’Homme qui marchait dans la couleur.
1.Jean Baudrillard & Jean Nouvel, Les objets singuliers, architecture et philosophie.
2.Jean Baudrillard, Vérité ou radicalité de l’architecture?
(4) "Viajero: has llegado a la región mas transparente del aire". Cita de cronistas hispanos con que el Alfonso Reyes abre su ensayo Visión de Anáhuac y de la cual Carlos Fuentes pone nombre a su novela La Región mas transparente, 1958
(5) Juhani Pallasmaa, Los ojos de la piel, 2005
(6) Referencia a Fernando Pessoa que Wim Wenders utiliza en su film Lisbon story.
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