Geometría junto al pantano
François Guynot de Boismenu, Boulogne-Billancourt
Hay imágenes que generan un trascender, una secuencia concéntrica de términos, como los círculos que se forman al tirar una piedra sobre el agua.
Yo seré la piedra, que generará este conjunto de círculos que aquí siguen.
Círculos perfectos, «que disponen al exterior toda la acción» de trascender hacia otros círculos perfectos, guardando en su interior una reflexión propia.
I - Un círculo escrito.
El 17 de mayo de 1981 Jorge Luis Borges publica «La cifra», donde podemos leer un sueño:
«En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular... El proceso no tiene fin y nadie podrá jamás leer lo que los prisioneros escriben.»
La perfección del círculo esta aquí presente, no sólo por ser la forma de la torre ni de la celda, sino por la forma del cuento que retoma el mismo tema y lo sugiere infinito.
Aquí el círculo es un lugar geométrico donde Borges esta en el centro, nosotros giramos con su lectura.
II - Un círculo montado.
En 1988 Takeshi Ito realiza un film llamado «Devil’s circuit», la idea es tan genial como simple.
El objeto de culto (un gran edificio) es el centro de un círculo de 500 metros de radio, trazado sobre el mapa de una ciudad (Tokio?).
Este círculo se divide en 48 secciones, en las cuales Ito fotografía el edificio sucesivamente, luego imagen a imagen el film se monta.
El resultado es una experiencia imaginativa, de un círculo a una inducción hipnótica, donde el estado de la ciudad se altera.
La percepción, sensación, emoción, pensamiento, o comportamiento siguen el ritmo secuencial de esta situación construida.
«La visión está suspendida al movimiento» nos dice Merleau Ponty.
El cuerpo activo está atrapado en esta tela urbana, toma las cosas desde un círculo, éstas se abren y el movimiento da paso a ver.
Porqué moverse es discernir.
III - Un círculo sitiado.
«Le Cercle Parfait» se trata de una película de Ademir Kenovic coescrita con el poeta Abdulah Sidran en 1996.
Es la historia de Hamza poeta, en la asediada Sarajevo, destruida y asolada por francotiradores, donde recoge la historia de dos huérfanos y un perro discapacitado.
Hamza les inventa posibles lugares de paz.
Uno de esos lugares es geométrico, la figura del círculo perfecto, dibujada sobre una hoja de papel, desconcertante por su precisión y equilibrio.
Entre pesadillas, miedos, obsesiones, alucinaciones y muerte, los personajes ponen dentro de la ciudad informe lo perfecto de la vida.
«Yo soy una isla en el corazón del mundo / Nada me llega salvo su sangre lánguida, salvo el temor que se cierne sobre todos nosotros / el silencio, y nada más alrededor.» Abdulah Sidran
IV - Un círculo trabajado.
Foto de Steven Wassenaar.
ROM: los Europeos no deseados. Fabricacion de calefacción.
La mano que trabaja.
Sin tijera, ni alicate / Sin guantes / Sin trazar, ¡sólo de memoria!
La memoria en la mano, con el gesto / enraizado desde generaciones / anónimas / atemporales y nómadas.
La Mano es tangente / toma la cuerda / fuerzas en ángulo y en paralelo.
Precisión externa del martillo / interna del buril.
La mano-herramienta / sin pasar por su centro / traza el círculo perfecto sobre la chapa plegada / lugar geométrico para el fuego, móvil
La corriente de un río, la ceguera, el aislamiento, el caos, lo feo, lo extraño, la guerra, la muerte, un «urba-nicidio», la pobreza, una inundación, lo inseguro, lo inhóspito....................
Nunca deformarán la perfección del círculo.
Como dice el matemático árabe Magamed-ben-Musa, «sólo Dios sabe por qué».
ILUSTACIÓN DE LA HIPÓTESIS DE CÍRCULOS EN ROTACIÓN
(Las flechas rojas son de G. DEBORD)
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