La otra cara de la moneda

François Guynot de Boismenu, Herblay.

Si a uno se le ocurre (como yo lo hice en 1992) ir al cementerio central Friedrichsfelde de Berlín en busca del monumento a los revolucionarios Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, de la misma manera que uno puede ir a buscar el pabellón Alemán en Barcelona, se encontrara en ambos casos con otra cosa.

La búsqueda en Berlín fue como el cuento de Bernard Malamud «La tumba perdida», historia de un viudo que no encuentra, en el cementerio, la tumba de su esposa. (1)
Como en el cuento, los cuerpos reposan en otro lado y el lugar original está libre; en Berlín libre de todo monumento.


En su lugar se puede encontrar una placa conmemorativa en bronce, con el monumento visto de frente en bajo relieve y con un texto que indica:
«Sobre esta base fue erigido el memorial de la revolución - para Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo y muchos otros más - luchadores revolucionarios del movimiento obrero alemán - 1926 - construido por el Partido Comunista de Alemania de acuerdo con los planos de Ludwig Mies van der Rohe.»

¿Se puede decir que todo está dicho?
Puede ser, pero yo sigo con la sensación de vacío, de no haber podido verlo y tocarlo para creer. Cuando se anula el objeto mirado sólo nos queda la visión de la visión, la mirada que mira mirar.
¿Cuál es mi visión?

Como dice Josep Quetglas el monumento es un despliegue horizontal, un fondo profundo, un desfile interminable. (2)

Esta claro que el monumento no era un simple muro y mucho menos una medianera. En Google Earth se puede ver el emplazamiento exacto (52°31'20.98"N 13°30'57.16"E), la parcela es casi rectangular y esta bordeada por un camino periférico.

El monumento estaba ubicado en el centro de la parcela y de manera ortogonal al camino, guardando una distancia mayor hacia el frente y casi la misma hacia el fondo.

Podemos fácilmente verificar la posición del monumento a través de las cinco imágenes que se pueden encontrar en la web, la otra imagen estamos obligados a buscarla de manera tradicional en una biblioteca.(3)
Estas imágenes muestran el monumento desde diversos ángulos y siempre del mismo lado, el oficial o mejor dicho el lado memorial.
Las fotos están simplemente tomadas desde el camino periférico, desde donde se pueden ver los tres lados del monumento, sólo falta ver su cuarto lado.

Me pregunto dónde quedaron esos planos que sirvieron a su construcción y ¿porqué solo se miró de un solo lado? ¿porqué la visión no fue completa?
¿su otro lado estaría igualmente compuesto por bloques en movimiento?¿sería igualmente de ladrillo? ¿estos ladrillos también tendrían bultos? ¿Quizás era hueco? Quizás había una puerta por donde entrar y una escalera por donde subir a esos cinco militantes que aparecen en la foto.

No cabe duda, la obra de Mies es un todo, un único movimiento hacia delante. Ese movimiento tiene que haber dejado unas marcas por detrás.




A esta altura mi visión del monumento a Karl y Rosa me recuerda al dios romano Jano, con su representación habitual bifronte, con las dos caras mirando en sentidos opuestos. Es el dios en el que reside el principio y el fin de todas las cosas, el alfa y omega.



Es en el año 1926 que Mies organiza su oficina de Karlsbad y toma la deplorable decisión de destruir gran parte de sus antiguos dibujos, maquetas y fotos con la ayuda de su colaborador Sergio Ruegenberg. (4)
Así es como solo podemos ver la cara que Mies quiso que veamos, la que mira hacia el futuro, la que nos mira, la otra cara sigue oculta mirando hacia el pasado. (5)

Jano es también el dios de los cambios y las transiciones, de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. Su protección se extiende hacia aquellos que desean variar el orden de las cosas, y esta era la situación de Mies por el año 1926.

Después de la primera guerra mundial se produjo en Mies una especie de desdoblamiento profesional.
Por un lado realizó una serie de obras que nos muestran el trabajo de un buen arquitecto dentro de la práctica habitual.(6)
Paralelamente desarrolla una nueva faceta con una serie de propuestas vanguardistas, presentadas en conferencias o publicadas junto a textos programáticos en revistas como Frühlicht (1924) y G (1923).(7)
Es en el año 1926 y especialmente con esta obra que Mies marca la abertura hacia una nueva etapa, donde la fase experimental y la vía profesional se funden.
Quizás entendió que la arquitectura no existe, sólo existen pruebas de arquitectura. Este monumento es una prueba de arquitectura, que marca la suma de todo lo hecho, y la responsabilidad de todo lo que aún resta por hacer.

Mies lo admitirá más tarde, »Yo diría que 1926 fue el año más importante. Retrospectivamente creo que fue más que un año en el sentido puramente temporal del término. Ha sido un año marcado por una mayor conciencia. Me parece que hay momentos en la historia de un hombre donde su comprensión de ciertas situaciones madura» (8)

En este momento clave, Mies vio lo que se avecinaba, una nueva sensibilidad, un nuevo orden, un lugar luminoso y con horizontes claros.
No pudo ver lo que los nuevos tiempos también traían, el lado oscuro, el horror nazi, la falta de humanidad.

La otra cara de la moneda, y esta moneda aun sigue girando.



Referencias:


(1)Cuentos reunidos, Bernard Malamud, El aleph editores, 2011.
(2)El horror cristalizado, Josep Quetglas, 2001.
(3)Mies van der Rohe, European Works, Architectural Monographs, Academy editions/St. Martin’s Press. 1986.
(4)Mies van der Rohe, das kunstloseWort : Gedanken zur Baukunst, Fritz Neumeyer, 1986.
(5)Los archivos de Mies en el MOMA fueron editados por Arthur Drexler, en 1986. El monumento forma parte del volumen I, con solo dos fotos y ocho dibujos. Ninguno de estos dibujos muestran la parte posterior, pero una sección de dibujo en la parte superior derecha del plano del sitio indica que el monumento también se componía de avances y retrocesos de masas. Estudiantes solicitaron a Mies, su reconstrucción en 1968, cuando estaba en Berlín para la apertura de la nueva Galería Nacional, este declaró que no tendría sentido su reconstrucción en un lugar diferente y en una Alemania dividida.
(6)Las casas construidas entre los años 1917-1925 : Urbig, Fuchs, Kempner, Eichstaedt, Feldmann, Mosler, Eliat y la casa Wolf.
(7)Ludwig Mies van der Rohe, Escritos, dialogos y discursos. Coleccion de arquitectura, Colegio oficial de aparejadores y arquitectos tecnicos, Murcia 1993. Las obras son : rascacielos Friedrichstrasse y el Glass, el edificio de oficinas en hormigón y las casas de campo en hormigón y ladrillo.
(8)No dogma interview, in Interbuild 6, 1959.

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