Montar y fotografiar

Alberto Twose, Barcelona


f o t o g r a f i a r - - - m o n t a r

Hanna Höch (Gotha 1889-Berlín 1978), pionera del fotomontaje, representante del movimiento dadaísta berlinés, y considerada la mujer del collage en Alemania.

Dada-Ernst, 1920-21, detalle.

m o n t a r - - - f o t o g r a f í a r

Joel-Peter Witkin (Nueva York, 1939), fotógrafo caracterizado por montajes de personajes y escenografías recargadas, en los que los negativos son pintados, retocados y tratados.

Esperando a de Chirico en la sección de artistas del Purgatorio, 1994, detalle.

La nueva imagen de engawa es clara y concisa, ahora bien, cada receptor hará su propia interpretación. Habrá quien vea lo que es, habrá quien vea lo que no hay, más de uno volará y su imaginación con él, otros se fijarán sólo en las tramas de los campos, otros en los ritmos de la naturaleza; el gran juego de engawa... pues bien, yo me quedaré con el montaje final, resultado de la disposición de todos los elementos que configuran el espacio y que aparecen bajo un encuadre determinado, la fotografía, el instrumento necesario para el juego.
Una imagen final que enmarca el paso del tiempo, decisiones concretas, un montaje de grandes dimensiones y un collage a gran escala.
Los elementos parecen haber estado dispuestos para esta ocasión como esperando a ser vistos desde sólo ese punto de vista.

espacio – intención – encuadre – montaje – collage

Con el fin de desarrollar este último concepto, creo necesario hablar del collage puro de Hanna Höch (1889-1978), pionera alemana de este movimiento y dueña de un espíritu critico libre, frente a un tipo de collage moderno de Joel-Peter Witkin (1939), creado en un espacio característico con objetos, personas (o incluso miembros de personas), decorados,...; una serie de elementos que él considera oportuno colocar, para finalmente ser fotografiado todo el conjunto.

Dos montajes distintos, aunque ambos buscan la finalidad de despertar la curiosidad del observador, y conquistarle a través del mensaje implícito en la obra.

Hanna Höch, “Indian Female Dancer”

Hanna Höch es irregular y estilísticamente tornadiza, pero la intensidad emocional y el talento gráfico que nunca la abandonaron forjaron excelentes obras, en principio muy dependientes de la estética del collage, pero más tarde desvinculadas de ella.
En cuanto a su evolución en el fotomontaje, las primeras obras maquinistas y políticas y los duros recortes de los años veinte dieron paso en los treinta a otras magníficas, más oníricas, en las que muestra un mayor interés en las texturas visuales, independizando forma recortada de forma fotografiada. En 1947 hace los primeros fotomontajes con fotografías en color y experimenta a partir de entonces en una nueva veta, la del fotomontaje abstracto, con buenos resultados. Esta vena abstracta, atraviesa toda su trayectoria en paralelo al interés por la figura, ya desde el primer collage.

Fotografías, textos recortados, imágenes de máquinas y ensamblajes de cabezas y cuerpos destacan en la obra de la alemana que se apartó de las convenciones artísticas del momento.
Se trata de una obra en la que se resumen algunas de las claves del siglo XX, como el afán de experimentación y el uso de nuevas técnicas; la imparable incorporación de la mujer en la sociedad occidental; la constatación del horror y la violencia que conllevan las políticas de exclusión racial; la necesidad de buscar en la soledad una válvula de escape y también de potenciación de la creatividad.

Hanna Höch, Dada-Ernst", 1920-21

Los recortes de Hanna Höch no son casuales, sino todo lo contrario. Su obra se inicia primero mediante la observación del entorno en el que concurre, con el fin de realizar una crítica, en muchos casos subjetiva, de todos aquellos movimientos o corrientes sociales, para finalmente escoger de las revistas esos aspectos que interesan, y que luego puedan generar la idea que se quiere representar y plasmarlo en el papel.
Revistas, folletos y fotografías contemporáneas en su momento, representativas ya de ese movimiento social determinado.

Hanna Höch, “The Pretty Girl”, 1920-21

Con el mismo concepto, aunque traspasado a otro momento histórico, más actual, Joel-Peter Witkin trabaja sus fotografías. Cada una de sus fotografías representa algo diferente. Está transmitiendo un sentimiento determinado que el autor quería concretar en su obra.
Coloca los distintos elementos de tal forma que el receptor pueda sacar sus propias conclusiones.

Joel-Peter Witkin. “Esperando a de Chirico en la sección de artistas del
Purgatorio”,1994

Witkin crea un arte que no se puede desechar o ignorar. De hecho, alcanza la condición a la que aspira todo arte: nadie, al ver una imagen de Witkin, puede permanecer ambivalente. Pero esto no es sólo resultado de lo que escoge fotografiar. Es más bien por el modo en que aborda el material y trasciende sus limitaciones. Usando cadáveres, hermafroditas, jorobados, crea paradojas visuales que desafían nuestra percepción. Frecuentemente acusado de sensacionalismo y de la explotación de sus sujetos, en realidad los realza, los vuelve fundamentales en su búsqueda espiritual. Una vez fotografiados, ingresan a la corriente eterna del arte.

Joel-Peter Witkin. “Anna Akhmatova” , 1998

Es imposible conceptuar una imagen de una sola mirada y luego descartarla. Cada imagen, después de haber sido manipulada cuidadosamente en el cuarto oscuro con hojas de afeitar, seguros, y otros implementos, nos obliga a cuestionar nuestra capacidad para comprender. Una imagen del fotógrafo puede ser leída una y otra vez, y seguir siendo un misterio.
Entre las obras realizadas por Hanna Höch y las de Joel-Peter Witkin aparecen varias coincidencias, aunque ambas en el fondo no tengan nada que ver.
La forma de trabajar de Höch es muy diferente a la de Witkin. El montaje de la alemana es muy directo, desde el momento en que ella no realiza las fotografías que posteriormente utilizará en sus recortes. Este montaje lo realiza sobre un panel directamente, y será éste, el que finalmente será expuesto. Por el contrario, el montaje de Witkin es más abstracto en función al método utilizado. Primero realiza un boceto de lo que quiere representar, posteriormente, escoge los personajes que aparecerán y los coloca en el lugar asignado. Mediante decorados específicos y elementos determinados, realiza el montaje en vivo para luego, realizar una fotografía del conjunto.
Los montajes de Witkin difieren del resto de montajes por la forma de ser realizados, ya que en el collage puro se hacen las fotografías y posteriormente se montan, y en éste, primero se monta y después se hace la fotografía.
Es decir, lo que hace Joel-Peter Witkin es intercambiar el orden típico de la corriente artística del collage, para obtener un tipo de collage diferente a todos los que se realizaron en la época.

Joel-Peter Witkin, “Studio 600”


Un andariego iba por el desierto, y en uno de sus recorridos, de repente, escucha a la distancia el choque del acero contra las rocas. Se dirige hacia el lugar de donde provienen esos ruidos, y se encuentra a dos hombres rompiendo piedras en el desierto. Se acerca a uno que al parecer estaba muy enojado, y le pregunta ¿ que estás haciendo ? y el hombre responde " estoy rompiendo piedras". El andariego se acerca al otro hombre que también hacía lo mismo, pero que no estaba enojado, y al preguntarle que era lo que él estaba haciendo, le respondió " estoy construyendo una catedral"(*).

(*) Relato citado por Joel-Peter Witkin, extraído en “The bone house”.


Bibliografía:
.Celant, Germano. ”Joel-Peter Witkin”. Ed. Scalo, Italia, 1995.
.Borchan, Pierre. “Joel-Peter Witkin. Discípulo y Maestro”. Ed. Marval, Paris, 2000.
.Lavin, Maud. “Cut with the kitchen knife. The wetmar photomontages of Hanna Höch”. Halliday Lithographic,
Massachussetts, 1993.
.Frizot, Michel.”Photomontage”. Centre nacional de photographie, Paris, 1987

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