AMIGOS
Josep Llinàs, Barcelona
Gonzalo Suárez en una entrevista reciente, ”...se trata mas bien ,lo confieso, de una aventura¡ en la que predomina el instinto del juego,sin meta ni tablero...”
En la exposición sobre Gaudí se podía ver un mueble de Jujol complejo y desconcertante como si ocultase un mundo que solo se puede interpretar desde experiencias compartidas,en privado. Con un amigo, Juan Marco, para acabar de entenderlo hicimos en Valencia hace poco, una réplica a tamaño doble del original. A la derecha en la foto superior.
La arquitectura de Jujol ,una arquitectura que puede asociarse a la ropa que la gente se pone los días de fiesta,(recuerdo un CD que grabó y editó Pedro Puerta llamado “Jujol=Domingo-“) es en este caso una arquitectura de carnaval,una una payasada que pone en evidencia al propio mueble y a su construcción.
El mueble fue un encargo de Pere Mañach a Josep Mª Jujol para la vivienda a la que iba a
vivir con su futura esposa, Josefa Ochoa. Fue, creo, la ocasión que aprovecha el arquitecto para dejar constancia de la amistad compartida durante largos años con su cliente... que supo dar con la forma de expresar el mundo cerrado y lleno de sobreentendidos que a veces se puede detectar en la conversación entre dos amigos.
Imagino a Pere Mañach y a Josep Mª Jujol, un brazo sobre el hombro del otro, haciéndose comentarios cómplices entre sonrisas. Frente al mueble en la vivienda por estrenar, en el taller en que se está acabando.
En las declaraciones de Gonzalo Suárez que antes citaba:” ...la ficción es un acontecer para quien escriba, la lee, la ve en una pantalla o la sueña con la intensidad de un niño que juega o alguien que quiere emanciparse o fugarse de una llamada realidad que le resulta aburrida y adversa...”
Yo añadiría, cambiar la realidad para poder continuar...
En la película “Once upon a time in Hollywood” se recuerdan los terribles sucesos que determinaron la muerte de Sharon Tate, pero el recuerdo es tan insoportable que su director decide cambiar la realidad por un final feliz.
En la Casa Mañach se recuerda el fuego que envolvió a Barcelona durante la Semana Trágica y también se cambia el final, al aparecer el agua que llega desde la plaza S. Jaume y salva al Sagrado Corazón. En ambos casos, dos amigos Pere Mañach y Josep Mª Jujol en la tienda y Rick Dalton y Cliff Booth en la película, son quienes se encargan de substituir la realidad. Con la que no se puede seguir viviendo.
El mueble jujoliano en la foto situado en el terrado de casa,encarna esa amistad con la fuerza de un monumento ,hace sonreír a los amigos, es un recuerdo destinado a Pedro Puertas.
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