CADA CASA ES UNA UTOPÍA INACABADA
João Paupério y Maria Rebelo, Porto
Eran mujeres y niños
Cada uno su propio ladrillo
"Esto de aquí era una orquesta"
Cualquiera que diga lo contrario es un tonto
José Afonso, Os índios da Meia-Praia, 1976
En 1923, como lema del último capítulo de Vers une Architecture, Le Corbusier declaró: "Arquitectura o revolución". Sin embargo, durante una reciente estancia en el Algarve, las fotos que un compañero de viaje (1) tomó de los barrios S.A.A.L. - Servicio de Apoyo Ambulatorio Local (2) - en Quarteira (Loulé) y Meia-Praia (Lagos), diseñados y construidos durante la Revolución Portuguesa [1974-75], nos recordaron que la relación entre ambos - Arquitectura y Revolución - no es un dilema, sino más bien un proceso dialéctico.
No nos hagamos ilusiones para los lectores: no pretendemos con este escrito afirmar que existe algo así como una arquitectura revolucionaria. Por un lado, sabemos que Le Corbusier no se refiere en su texto solamente a una revolución política (pero sobre todo técnica) y, por otro lado, tendemos a estar de acuerdo con Tafuri cuando afirma que no puede haber una estética o arquitectura de clase, sino sólo una crítica de clase de la estética, la arquitectura y la propia ciudad (3). Argumentar lo contrario, por lo tanto, no es el objetivo de esta reflexión. Sin embargo, lo que estas fotos nos permiten es pensar la forma en que la arquitectura de estos barrios funciona todavía como un palimpsesto de estos eventos revolucionarios, ya casi de medio siglo de antigüedad.
Toda la arquitectura es un fragmento de utopía construida. Pero como es parte de una utopía, es decir, de un lugar que (aún) no existe, toda la arquitectura permanece por esa razón inacabada. Su cualidad reside precisamente en el margen de maniobra de que está dotada su intención proyectiva con el fin de poder acomodar las correcciones necesarias en el devenir de esa utopía. En el caso del programa S.A.A.L., se trataba de la "lucha por viviendas dignas y decentes como alternativa para los residentes pobres y los trabajadores de la construcción". (4)
Si hay algo que podemos decir, transversalmente, sobre la miríada de proyectos realizados en el ámbito del servicio S.A.A.L. es que estos son un espejo de la energía, de la multiplicidad de intenciones y de las contradicciones que surgieron durante la revolución portuguesa (5). Repartidas por todo el país en virtud de un único decreto ministerial, que permitía a las poblaciones desfavorecidas organizarse de forma autónoma y colectiva en la lucha por su propia vivienda, cada operación y cada barrio era el resultado de condiciones materiales y objetivas, pero también ideológicas y subjetivas, que les eran propias: a los lugares donde fueran construidos, al modo de vida de los habitantes y a las brigadas técnicas con las que proyectaban sus barrios.
En el sur de Portugal, el espíritu de solidaridad de una población profundamente empobrecida aún resuena en la cultura artística de la época. En particular, en los "indios" de Meia-Praia cantados por Zeca Afonso, cuyo esfuerzo colectivo se inmortalizaría en el documental Continuar a Viver (1976), de Cunha Telles. En particular, en las imágenes de una comunidad que lleva chozas con sus propias manos, o de mujeres y niños que cargan ladrillos bajo el mismo lema: "el pan incierto para todos es más importante que el superfluo para algunos".
Más que la reivindicación del derecho a una vivienda digna, la materialidad subjetiva de este proceso aseguró la inclusión de ciudadanos que, hasta entonces marginados, tenían ahora presencia y voz en la construcción de la propia ciudad. En el Algarve, donde las poblaciones en cuestión estaban constituidas principalmente por pescadores, la autoconstrucción (prevista por el decreto para minimizar los costos de construcción) fue la solución pragmática encontrada para acelerar este proceso y llevar a cabo con éxito, en un año y medio aproximadamente, la construcción de más de mil viviendas en Algarve. Hoy, al recorrer los barrios de Quarteira y Meia-Praia, esta conciencia se inscribe no sólo en el proyecto original, sino también en el carácter y la imagen actual de su arquitectura
Las casas individuales, de planta baja o de dos pisos, están agrupadas en pequeñas manzanas. Las pequeñas manzanas, recortadas en planta, encajan entre sí y se organizan de tal manera que crean una serie de pequeños espacios públicos ajardinados, acogedores y difíciles de nombrar. Entre la ciudad y el interior de las casas, un laberinto de patios, porches y terrazas confirman este sentido de vecindad en una arquitectura de umbrales, capaz de provocar la envidia a los estudios más eruditos del Team X. Una estructura eficiente y pragmática, capaz de integrar en sí misma la complejidad de la vida cotidiana para, a través de una apropiación evidente en ambos barrios, fomentar la singularidad de sus habitantes.
Aunque los residentes no aparezcan en las fotografías, su presencia es inevitable. Como en la imagen propuesta por Pemjean para este número de Engawa, cada adición o decoración superpuesta a la arquitectura originalmente despojada de las casas funciona como un espejo, reflejando para la ciudad los gustos y deseos más profundos de sus habitantes. La cuidadosa vegetación que organiza los espacios exteriores demuestra el deseo de los habitantes de hacer suya la ciudad. En una clara referencia a la arquitectura vernácula del Algarve, los marcos de las ventanas, los colores vivos, los balaustres, las chimeneas, las piedras angulares (e incluso algunos murales dignos del epíteto surrealista) expresan en voz alta un sentido espontáneo de pertenencia a una comunidad y una historia más amplias. Pero también, y quizás lo más importante, expresan la conquista del derecho a pertenecer a ellas, que tanto ha costado conseguir. Después de todo, más allá de un hogar digno, la posibilidad de expresarse fue uno de los principales logros de la revolución.
Sin embargo, las utopías siempre corren el riesgo de dar paso a otras utopías, o incluso a distopías. Caminar hoy por los barrios S.A.A.L. en el Algarve, escritos y reescritos por sus habitantes, es ser testigo de los éxitos, los fracasos y las profundas contradicciones que persisten después de la revolución portuguesa. En Quarteira, el barrio forma parte ahora del tejido urbano de una ciudad que ha crecido exponencialmente, funcionando como una isla de tranquilidad en el ajetreo de una colonia turística. En Meia-praia, por el contrario, el abandono por parte del municipio se denuncia por la falta de infraestructura pública. Y en este sentido, el aspecto precario de algunos edificios revela no sólo la condición socioeconómica de los residentes, sino también la incapacidad de obtener una asistencia técnica adecuada.
Los coches, aparcados fuera de la casa, denuncian los contrastes entre las clases sociales que aún persisten. Las evocaciones de lo vernáculo, una vez hechas con materiales locales, se limitan ahora a los productos disponibles en las grandes tiendas de bricolaje, ocultando estas contradicciones bajo el ilusorio vellón de una pequeña burguesía mundial. Caminar, tomar fotos y escribir sobre las diversas capas de estos palimpsestos sólo sirve para encontrar tiempo y un pretexto para cuestionarnos sobre todo esto.
Referencias:
(1) Las fotografías son de Francisco Ascensão, arquitecto y cofundador del proyecto Atlante (www.atlante.pt).
(2) Bajo la responsabilidad del Secretario de Estado de Vivienda y Urbanismo Nuno Portas, el S.A.A.L. –Servicio de Apoyo Ambulatorio Local– fue creado por el Ministerio de Administración Interna y el Ministerio de Equipamiento Social y Medio Ambiente durante la Revolución Portuguesa [1974-1975], con el fin de resolver la grave escasez de viviendas existente en ese momento. A través de ella, se permitió a las poblaciones necesitadas organizarse para recibir del FFH – Fundo de Fomento da Habitação [Fondo de Promoción de la Vivienda]- asistencia técnica y financiación para la construcción de barrios, casas y otras infraestructuras esenciales para la vida en común.
(3) Tafuri, M. (1976), Architecture and Utopia: Design and Capitalist Development, Cambridge: The MIT Press, p.179
(4) Conselho Nacional do SAAL (1976), Livro Branco do SAAL 1974-76: Volume I, Lisboa: Conselho Nacional do SAAL, p.7
(5) A este respecto, aconsejamos la visualización del documental "As operações SAAL" (2007), de João Dias.
Imágenes:
1, 2, 3, 6: Bairro da Meia-praia (Lagos), ©Francisco Ascensão, 2020
4, 5, 7, 8, 9, 10: Bairro de Quarteira (Loulé),©Francisco Ascensão, 2020
nota: todas las imágenes de este ensayo fueron tomadas por Francisco Ascensão [Atlante] en agosto de 2020, durante un viaje al Algarve. En el momento de su publicación, las imágenes permanecen inéditas y fueron elegidas junto con el autor para ilustrar este escrito. Publicado con su permiso, sus derechos están reservados.
---------------------------------índice-----------------------------